"La ignorancia, consiste en dar valor a lo que no lo tiene"

La distinción entre lo que es relativo y lo que es trascendental es, precisamente, la sabiduría. Su opuesto, la ignorancia, consiste en dar valor a lo que no lo tiene, o bien no darlo a lo que es muy relevante.

Esta cita aborda una distinción fundamental en el pensamiento filosófico y ético. Podríamos descomponerla en varios niveles para apreciar su profundidad:

1. Relatividad vs. Trascendencia: Lo relativo remite a lo mutable, condicionado por el contexto, la percepción subjetiva o las circunstancias específicas. Lo trascendental, en cambio, señala aquello que supera estas limitaciones, aquello que posee un valor inherente, universal o eterno. La sabiduría radica, entonces, en la capacidad de discernir entre ambos, reconociendo lo que tiene un peso esencial en la existencia frente a lo que solo tiene un valor efímero o superficial.

2. El Papel de la Sabiduría: Definir la sabiduría como la capacidad de distinguir lo relativo de lo trascendental es sugerir que el sabio no solo acumula conocimientos, sino que los ordena según su verdadero valor. Esto implica un ejercicio de jerarquización, donde se pone en práctica el juicio crítico, la introspección y la perspectiva. En otras palabras, no es sabio quien sabe mucho, sino quien comprende qué de ese conocimiento merece atención prioritaria.

3. Ignorancia como Inversión de Valores: La ignorancia, en este contexto, no es simplemente la ausencia de información, sino un error en la valoración. Es asignar importancia a lo superficial, lo pasajero, lo ilusorio, mientras se desdeña lo profundo, lo duradero, lo auténtico. Esto evoca una ceguera intelectual y espiritual que puede llevar a desorientación y sufrimiento.

4. Aplicaciones Prácticas: Esta distinción tiene implicaciones éticas y prácticas. En nuestras elecciones diarias, ¿valoramos más la apariencia o la esencia? ¿Perseguimos bienes materiales que son relativos o cultivamos virtudes y relaciones que poseen una calidad trascendental? La respuesta a estas preguntas guía nuestro sentido de propósito y bienestar.

Una interpretación más poética:

La sabiduría es un faro que ilumina el océano de lo cotidiano, separando lo que flota y se desvanece con la marea de lo que yace como una roca en el fondo, inmutable y eterno. Ignorar esta diferencia es caminar por la vida persiguiendo sombras, dejando escapar entre los dedos el oro que brilla bajo el polvo.