1. "El periodismo es un sistema autopoiético que se alimenta a sí mismo, priorizando ciertos temas y estableciendo narrativas que refuerzan su propia relevancia."
El concepto de autopoiesis, originado en la biología por Humberto Maturana y Francisco Varela, describe los sistemas que se producen y mantienen a sí mismos a través de sus propios procesos. Aplicado al periodismo, esto significa que el ecosistema mediático no solo refleja la realidad, sino que la configura según sus propios mecanismos internos.
Los medios seleccionan qué temas son relevantes y los abordan de manera que mantengan su propia posición dentro del sistema social. Esto implica que ciertos asuntos reciben una cobertura continua mientras que otros son marginados, no necesariamente por su importancia objetiva, sino porque refuerzan la estructura de consumo mediático.
Por ejemplo, crisis recurrentes como la inflación o el crimen se mantienen en agenda no solo porque son problemas sociales, sino porque generan engagement, retroalimentan debates públicos y justifican la existencia de los propios medios como actores indispensables de la sociedad. Al final, el periodismo termina reforzando su centralidad en la construcción del debate social, asegurando su propia continuidad.
2. "Las noticias no solo informan, sino que participan activamente en la construcción del mundo en el que vivimos."
Se suele pensar que el periodismo es un mero observador que reporta los hechos, pero su influencia va mucho más allá. Las noticias configuran las percepciones colectivas, influyen en las decisiones políticas y económicas, y afectan la vida cotidiana de las personas.
Por ejemplo, la forma en que se cubren temas como la inmigración, el cambio climático o los avances tecnológicos no solo informa, sino que da forma a la opinión pública y, en consecuencia, a las políticas que se implementan. Un caso claro es el tratamiento mediático de la pandemia de COVID-19: los medios no solo informaron sobre la crisis, sino que modelaron la percepción del riesgo, legitimaron o cuestionaron medidas gubernamentales y establecieron marcos narrativos que condicionaron la respuesta social.
En este sentido, el periodismo no solo reporta la realidad, sino que la co-construye. La línea entre informar y modelar la realidad es difusa, y los medios tienen un papel activo en definir qué es importante y cómo debe ser entendido.
3. "El discurso mediático moldea la percepción del público."
Los medios no presentan la realidad de manera neutral, sino que la filtran a través de discursos estructurados. A través de la repetición de ciertos términos, enfoques y narrativas, configuran cómo la audiencia interpreta los acontecimientos.
Un ejemplo claro es la diferencia entre llamar a un grupo "rebeldes", "terroristas" o "activistas"; cada término genera una percepción distinta. Lo mismo ocurre con la cobertura de crisis económicas: hablar de "ajuste fiscal" en lugar de "recortes" o de "flexibilización laboral" en vez de "precarización" no es inocente, sino que influye en cómo se entiende el problema.
El discurso mediático también establece jerarquías de importancia. Un tema reiterado en titulares y noticieros se percibe como más grave que otro que apenas recibe atención, incluso si objetivamente sus consecuencias son similares. La forma en que los medios presentan los conflictos, los personajes públicos o las tendencias sociales determina en gran medida cómo la sociedad los interpreta y reacciona ante ellos.
En conclusión, los medios no solo transmiten información, sino que la enmarcan dentro de discursos que modelan la percepción pública. Esto convierte al periodismo en una herramienta de construcción de sentido con una influencia profunda en la forma en que entendemos el mundo.