La frase está cargada de una profunda resonancia filosófica y existencial, como un eco del devenir perpetuo que define la experiencia humana. Habla de un proceso, una transición incesante que nunca encuentra un punto final, pues el ser es un horizonte siempre móvil.
Este pensamiento podría analizarse desde varios ángulos:
1. La construcción del ser:
Desde una perspectiva existencialista, esta idea refleja la noción de que no somos seres estáticos, sino proyectos en constante construcción. Jean-Paul Sartre diría que “la existencia precede a la esencia”; es decir, primero existimos y luego nos definimos a través de nuestras elecciones. Aquí, el ser no es un estado alcanzado, sino un acto de creación continua.
2. La tensión entre el presente y el futuro:
Esta frase también puede aludir a cómo el presente está siempre orientado hacia el futuro. Nos define tanto lo que somos como aquello hacia lo que aspiramos. En este sentido, el "todavía no somos" sugiere una esperanza o una posibilidad, un terreno fértil donde sembramos nuestras intenciones y deseos.
3. El tiempo como fluidez:
Desde una óptica temporal, la frase desdibuja las fronteras entre lo que somos y lo que seremos. Nos sitúa en un río de cambio donde la identidad es líquida, siempre adaptándose al flujo del tiempo. Aquí podemos recordar a Heráclito y su famosa idea de que “nadie se baña dos veces en el mismo río”.
4. Dimensión poética y simbólica:
Poéticamente, estas palabras evocan un viaje, una transformación que no es solo externa, sino interna. Es el peregrinaje del alma hacia un ideal o un destino, pero que nunca llega a cristalizar del todo. Tal vez, porque lo importante no es el "llegar", sino el proceso de "convertirse".
Reflexión final: En esta afirmación, late la promesa de que siempre podemos ser algo más, una mejor versión de nosotros mismos o una manifestación completamente nueva. Y en ese constante devenir, quizá radique lo más humano de nuestra naturaleza: la capacidad de soñar, errar y reinventarnos. ¿Qué opinas tú? ¿Crees que este proceso de "convertirse" es una carga o un privilegio?