Nos enseñaron que estar despiertos es sinónimo de pensar. Que la mente nunca se detiene. Pero, ¿y si existieran momentos conscientes sin pensamiento alguno? Eso es lo que revela una nueva investigación publicada en Trends in Cognitive Sciences.
Este estudio, liderado por Thomas Andrillon y Athena Demertzi, explora el fenómeno de la mente en blanco (MB): esos lapsos en los que, pese a estar despiertos, no hay nada que decir, pensar o recordar. Simplemente… vacío.
Se trata de un estado más común de lo que imaginamos: entre un 5% y un 20% del tiempo que estamos conscientes. Ocurre especialmente tras esfuerzos prolongados, falta de sueño o en personas con TDAH. Pero también aparece de forma espontánea, sin provocación alguna.
A nivel cerebral, este "apagón" se asocia a la desactivación de regiones clave como el área de Broca, el hipocampo o la corteza motora suplementaria. El lenguaje, la memoria y la atención parecen detenerse. ¿Por qué? Aún no lo sabemos del todo. Pero podría estar relacionado con la forma en que el cerebro regula su energía y recursos cognitivos.
Lejos de ser un error del sistema, la mente en blanco podría ser una función adaptativa. Una pausa interna que el cerebro necesita. Un silencio útil.
Este descubrimiento plantea un desafío radical: si podemos estar despiertos y no pensar en nada, ¿cómo definimos entonces la conciencia? ¿Qué somos cuando no somos pensamiento?
Quizá, entre pensamientos, el vacío también nos define.